Comentario
En contraste con los procesos de crisis y, en ocasiones, de disgregación que afectaron a los mundos griego y musulmán desde la segunda mitad del siglo XI, la posición de los occidentales en el Mediterráneo se consolidó considerablemente. Por una parte, hubo un control y dominio cada vez mejores de las rutas marítimas y de las escalas útiles para el comercio. Por otra, las empresas políticas y militares dan lugar a sendos hechos, en los dos extremos del Mediterráneo, tan dispares entre sí, en su significación y en sus resultados, a pesar de ciertas semejanzas, como son las Cruzadas en Palestina y Siria, y la reconquista efectuada por los reyes de la España cristiana.